Podemos estar totalmente de acuerdo que los faros LED son uno de los mejores avances en la industria automotriz actual. Más allá de que se vean bien en diseño y aporten atractivo, su luz nos deja ver mucho más lejos y mejor que los de halógeno que antes dominaban. Sin embargo, como en todo, tienen ventajas y desventajas. Unos de sus mayores problemas es el costo de reemplazarlos y su complejidad.
Podríamos pensar que los faros LED son mucho más sencillos que los faros de halógeno convencionales, desafortunadamente, eso no es cierto. Reparar un faro o calavera de halógeno era muy sencillo, bastaba cambiar, la carcasa, el socket, algún cable o incluso solo un foco por muy poco dinero para dejarlos operativos de nuevo.
Los nuevos faros y calaveras LED distan mucho de ese nivel de simpleza, pues toda la unidad está sellada para proteger la computadora que los opera, los mismos diodos, algunos lentes y motores en caso de ser dirigibles. Por ello cuando algo falla no basta con solo reemplazar la parte afectada, generalmente se debe cambiar toda la unidad, lo que resulta en un costo mucho más alto.
Ejemplo de ello lo vimos recientemente cuando The Drive publicó una nota sobre uno de los primeros dueños de un GMC Hummer EV, quien desafortunadamente dañó una calavera de la súper pick-up eléctrica.
Su sorpresa llegó cuando le notificaron que el costo de la calavera era de 4,040 dólares, es decir, $76,000 pesos mexicanos y sin mano de obra, eso se cobra por aparte. Esto quiere decir que un juego completo de calaveras, costaría aproximadamente $156,000 pesos más mano de obra.
Como ya te mencionábamos, el costo de añadir más brillo, formas, animaciones y tamaño en las luces no es gratis, acorde al tipo de faros los costos pueden rondar entre los 10,000 pesos hasta más de 110,000 pesos cuando son faros extremadamente avanzados con capacidad de formar figuras de luz en el suelo o pared, tecnología que vemos en modelos muy avanzados de Audi, BMW y Mercedes-Benz.
Si bien una gran ventaja de los faros LED es su eficiencia en el consumo energético, una desventaja que se les ha encontrado acorde a un estudio del ADAC alemán, es que su vida podría estar limitada a un promedio de 15 años, por lo que alguien que tienda a mantener su auto por mucho tiempo, probablemente pueda pasar un rato difícil encontrando esta refacción a buen precio.
Finalmente la última implicación negativa que llevan es el costo de los seguros, pues al ser componentes considerablemente más caros y complejos, los seguros elevarán el costo que cobran por los autos que usan este tipo de tecnología, ya que como vimos, no es nada barato reemplazar la unidad completa, en vez de solo un componente que haya fallado.
Varias instituciones han pedido a las marcas simplificar el diseño de estas piezas para permitir reparaciones más accesibles, aunque por ahora parece que la recomendación ha pasado de largo.
