Toyota ha sido acusada en los últimos años de ser una marca “aburrida”, pero planean cambiar eso con el nuevo Camry que presenta un diseño bastante atrevido y que ha comenzado su producción en la planta de Georgetown, Kentucky. El Camry es el sedán más vendido en Estados Unidos desde hace 15 años, y eso tiene un motivo. Aparte de la confiabilidad que ya todos conocemos de la marca, es difícil negar las capacidades dinámicas que tiene la versión V6, aunque a muchos les cueste aceptarlo.
Para esta nueva generación se mantienen los dos motores de combustión aunque han sido fuertemente revisados para ofrecer un mejor consumo. El diseño del auto nos recuerda más a lo que ha hecho últimamente Lexus, con ángulos muy marcados y un estilo netamente oriental. Si de algo no se le puede acusar a este auto es de ser “aburrido”. Si con ese estigma llevaba 15 años siendo el líder de ventas, ahora parece que el cielo es el límite.
La planta de Georgetown ha fabricado el Camry para el territorio americano desde 1988, con una producción de más 400 mil unidades al año del sedán familiar. Para la llegada de esta octava generación, Toyota hizo una inversión de 1,330 millones de dólares para que la fábrica recibiera la plataforma TNGA que compartirá el Camry con el Prius y el C-HR. Esta inversión se traduce en un aumento de 700 empleos, para un total de más de 8 mil. Se espera que las ventas comiencen antes de que termine el año y hasta ahora no se han anunciado los precios.
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