Un auto más grande no es más (ni menos) seguro, y te explicamos por qué
Seguridad

Un auto más grande no es más (ni menos) seguro, y te explicamos por qué

La creencia de que un auto grande es más seguro que uno pequeño data de la época de nuestros papás y abuelos. En aquellos años, de una naciente seguridad en los autos, prácticamente lo único que protegía a los ocupantes de un auto durante un accidente era la cantidad de lámina que los rodeaba.

Cuando llegaron los pequeños autos japoneses al continente americano, la gente tenía pavor de subirse en ellos pues la cantidad de lámina de protección era significativamente menor. Todavía no podíamos hablar de zonas de deformación programada o algo así.

Los años 50 fueron el despertar de la seguridad al volante

Tucker, fue la primera marca en incorporar un cinturón de seguridad en su Tucker Torpedo, que nunca vio la luz, pero que sentó las bases del quizá más popular y obligatorio elemento de seguridad actualmente en nuestros autos. Ford, por su parte, lo ofrecía en los años 50 como parte de un paquete de seguridad, y fue Volvo quien finalmente, en 1959, lo introdujo de forma masiva al mercado, con el Volvo Amazon.

Desde entonces la concepción de seguridad ha cambiado, esto nos ayuda a entender por qué hoy no necesariamente un auto más grande es más seguro. Gracias a ese cambio de mentalidad se han desarrollado sistemas que pueden hacer mucho más seguro a un auto pequeño con buen equipo de seguridad que a un auto más grande, pero con menor equipo seguridad.

Volvo Xc90

Si no es el tamaño, ¿qué hace más seguro a un auto?

Uno de los sistemas más importantes en cuanto a seguridad, sin importar el tamaño del auto, son las células de seguridad, también conocidas como habitáculos indeformables. A través de una mezcla de acero de alta resistencia, los fabricantes de autos logran hacer una especie de jaula que nos protege en caso de accidentes. Por eso no debe resultarnos extraño que un Smart Fortwo consiga más estrellas que un Fiat Tipo (equivalente a nuestro Dodge Neon) en pruebas de choque.

Desafortunadamente, hay casos donde el valor de la seguridad no es prioritario para los fabricantes y distinguen el nivel de protección según el país donde se venda el producto. Latin NCAP mostró este mismo año esas diferencias, al comprobar que una versión del Nissan Versa producida en México no es igual de segura que una producida en Brasil. El resultado fue la pérdida de una estrella en protección para adulto, quedando en tres, cuando las versiones brasileñas habían logrado cuatro.

Fiat 500

Un ejemplo de que un auto grande no siempre es más seguro que uno chico entre los modelos actuales lo podemos ver con el Nissan Sentra, un auto que sólo ofrece seis bolsas de aire en sus versiones más equipadas que rebasan los 300 mil pesos, pero en sus versiones base —las de mayor volumen de ventas— puede ser seguro en caso de un impacto frontal pues tiene zonas de deformación programada y bolsas de aire para conductor y pasajero, pero en choques laterales no hay ninguna bolsa de aire que proteja a los ocupantes ni de cabeza ni de tórax, dejándolos solo protegidos por las barras de impacto lateral y la estructura del habitáculo.

Si sufriera el mismo impacto lateral que un auto más chico, como un Fiat 500, el que mejor protegería a los ocupantes sería el más pequeño. Ambos cuentan con una estructura estable y zonas de deformación programada, pero el 500 suma bolsas de aire laterales, de tipo cortina y de rodilla para el conductor.

Ejemplos como ése hay muchos. La misma Daimler estrelló un Smart Fortwo contra un Mercedes-Benz Clase S para comprobar el nivel de protección que ofrece, y cómo el tamaño del auto no está peleado con la seguridad.

Temas
Comentarios cerrados
Inicio