Existió un SEAT Toledo con motor V5. Esta es su historia
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Existió un SEAT Toledo con motor V5. Esta es su historia

Es común hablar de cuatro, de seis, de ocho e incluso de tres, pero no de cinco cilindros. Este tipo de motores no es muy habitual y mucho menos cuando está colocado en V. Así de peculiar era la oferta mecánica para el tope de gama de la segunda generación del SEAT Toledo, que por algunos años —y sólo en algunos mercados— se vendió con un motor V5.

Aquella generación vio la luz por primera vez en 1998. Utilizaba la base del Volkswagen Jetta de cuarta generación y su diseño corrió a cargo de la pluma del mismísimo Giorgetto Giugiario, que dentro de SEAT también dio forma a los primeros Ibiza y León, al Málaga y a algunos prototipos.

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En algunos mercados, el Volkswagen Jetta también utilizó ese motor, aunque el VR6 fue más popular.

Aquel peculiar motor V5 del SEAT Toledo tenía 2.3 litros de cilindrada —exactamente 2,324 cm³— y desarrollaba tan solo 150 hp y 151 lb-pie de par bajo las especificaciones de 1998 a 2001. Según cifras oficiales de la marca, alcanzaba los 100 km/h en 9.2 segundos y podía llegar hasta a 216 km/h, con un consumo combinado de 10.75 km/l.

En 2001 se realizaron ajustes para introducir cuatro válvulas por cilindro —en lugar de dos— y exprimirle 20 caballos extra. Con 170 hp y 166 lb-pie, el SEAT Toledo V5 recortaba su aceleración de 0 a 100 km/h a sólo 8.6 segundos y aumentaba su velocidad máxima a 225 km/h. Tanto esta versión, como la comercializada antes de 2001, llevaba transmisión manual de 5 velocidades.

Seat Toledo I
El SEAT Toledo se estrenó en 1991.

El SEAT Toledo era casi un Passat español

Para un auto de aquella época, hablar de estas cifras era extraordinario. El SEAT Toledo era considerado casi un sedán mediano —del segmento D— aunque su base partiera de la de un compacto. Desde su primera generación, lanzada en 1991, su longitud era similar a la de un Passat, aunque con algo menos de espacio y un precio mucho menor. Por cierto, por aquellos años, uno de sus motores era el emblemático 2.0 litros de 115 hp.

En su segunda generación, el SEAT Toledo era el más deportivo de los tres sedanes compactos de Grupo Volkswagen: Skoda Octavia y Volkswagen Jetta, no sólo por diseño, sino también por ajuste de suspensión. Dado que los sedanes no han sido muy populares en Europa, la firma española lanzó poco después una variante hatchback llamada León.

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La tercera generación siguió un rumbo distinto. En lugar de basarse por completo en el Volkswagen Jetta, partía de la base del SEAT Altea, para convertirse en una clase de monovolumen con cajuela estilo notchback. Su éxito fue significativamente menor a sus predecesores, de tal manera que fue descontinuado por algunos años, hasta que en 2012 revivió como reemplazo del SEAT Cordoba, ya no sobre la plataforma de Jetta o Golf, sino con una variante de la de Ibiza.

En la actualidad, esa cuarta generación se consolida como un sedán versátil y de orientación completamente familiar. Es, quizá, el modelo más discreto de la gama actual de SEAT, con motores orientados a la eficiencia. En México, la oferta actual de motores está compuesta por un 1.6 litros de 110 hp, un 1.0 TSI de 110 hp y un 1.4 TSI de 125 hp.

Seat Toledo V5
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