"Tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe". Así se puede resumir lo que ha ocurrido este año entre los pilotos de la escudería Mercedes AMG de la Fórmula Uno, el alemán Nico Rosberg y el británico Lewis Hamilton, cuya relación de años quedó tan rota después del Gran Premio de Bélgica del pasado domingo como el neumático trasero izquierdo del W05 Hybrid de Hamilton tras ser cortado por el alerón delantero del auto de Rosberg, apenas en la segunda vuelta de la carrera.
Como ya lo habíamos anticipado aquí, esa lucha fratricida en el seno de Mercedes AMG sólo podía terminar mal, y lo ocurrido hace un par de días en Spa Francorchamps es lo último que puede querer un jefe de equipo, así que imagino que Toto Wolff, Paddy Lowe y Niky Lauda estarán ocupados esta semana para prevenir que otra cosa así suceda en las 7 carreras restantes.
Es cierto que el equipo alemán lleva una cómoda ventaja en el campeonato de constructores de 157 puntos sobre Red Bull, pero nadie quiere regalar puntos de una manera tan sórdida. Por otro lado, el incidente, aunque extrañamente ignorado por los oficiales de la carrera, fue a todas luces evitable y atribuible a Nico Rosberg; todo el que ha manejado en pista conoce la simple pero importante regla (no escrita) de que el de atrás cuida al de adelante, más los pilotos de Fórmula Uno y más si es tu coequipero. Rosberg definitivamente no cuidó a Hamilton, lejos de eso, le arruinó la carrera y lo puso contra las cuerdas en la lucha por el título de pilotos, en la que ahora hay 29 puntos de ventaja a favor del alemán.
Hay quien dice "piensa mal y acertarás", y sí, yo aquí soy malpensado y pienso que Rosberg bien pudo quererse cobrar la cuenta pendiente de Hungría, en donde Hamilton se rehusó a obedecer la orden del equipo para dejar pasar a su compañero (y creo que hizo bien) , hecho que claramente molestó a Nico, quien después de todo nunca se le acercó a Lewis lo suficiente como para intentar un rebase. Pero una cosa es negarse a soltar el acelerador para que pase otro piloto fácilmente (es lo que le pidieron a Hamilton en Hungría), y otra muy distinta es ir al toque por detrás en busca de un ápex que claramente ya te ganaron, como era el caso.
Lo peor de todo es que a raíz de este incidente pueden venir medidas más estrictas por parte de Mercedes AMG para evitar que sus pilotos se vuelvan tocar en pista. Hasta ahora los han dejado luchar en carrera, o no lo han podido impedir, ya sea por el ímpetu de Hamilton, o bien por el hambre de Rosberg por ganar un título (muy legítima). Porque siendo honestos, de no ser por la pelea entre Hamilton y Rosberg, esta temporada ya hubiera caído en el aburrimiento, algo que podría suceder si en Mercedes toman medidas decididamente favoritistas por uno de sus pilotos, como ocurrió en la era de Ferrari con Schumacher, o en los últimos años con Red Bull y Sebastian Vettel, a quien por cierto,¿alguien lo ha visto este año? porque yo al único que he visto de Red Bull es a un impresionante (y refrescante) Daniel Ricciardo.
Sólo le quedan 7 capítulos a esta novela, y aún con los 29 puntos de ventaja a favor de Rosberg, yo no me atrevería a anticipar un final a estas alturas, y con la nueva regla de la doble puntuación en la última carrera, me inclino a pensar que todo se decidirá en Abu Dhabi . Lo que sí les puedo decir desde ahora es que como en todas las novelas, a la chica linda y buena (en este caso el campeonato) sólo se la puede quedar uno de los protagonistas. Ya veremos si es Hamilton o si es Rosberg.
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